Balance Acido – Base; por Lyse Vaillancourt, Naturópata

Uno de los factores de salud es el equilibrio ácido-base.

Los ácidos son producidos por las funciones endógenas de nuestro cuerpo, nuestro metabolismo y por factores exógenos, a saber, la contaminación y nuestra dieta.

Cuando hacemos ejercicio, producimos ácido láctico. Cuando pensamos, producimos ácido fosfórico. Cuando respiramos, producimos ácido carbónico. Cuando digerimos, producimos ácido sulfúrico.

Para regular estos ácidos, el cuerpo tiene sistemas para limpiar adecuadamente estos ácidos. Los riñones y los pulmones eliminan los ácidos. La sudoración también ayuda a eliminar los ácidos.

Varios factores como el estrés, la ansiedad, las emociones negativas, la contaminación y la dieta son factores acidificantes. En los alimentos, encontramos que los pesticidas, fungicidas, productos procesados, frutas y verduras recogidas antes de la madurez, las hormonas y los antibióticos administrados a los animales, los OGM, etc. son factores contaminantes y acidificantes del cuerpo.

Nuestro cuerpo tiene diferentes grados de Ph dependiendo de dónde tomemos la medición.

El cerebro tiene un pH de 8. La sangre tiene un pH de 7.41. La saliva tiene un pH de 8. El estómago tiene un pH de 2. El intestino delgado tiene un pH de 5 o 6. La orina tiene un pH de 6.5. El pH de la sangre siempre permanece en 7,41, pero el del “campo” puede variar. Entonces, no estamos hablando de acidosis como resultado de una variación en el pH arterial, sino de un desequilibrio en el terreno que afecta los tejidos conectivos. Esta acidosis tisular no se detecta mediante diagnóstico médico convencional.

Cualquier sustancia, sea lo que sea, es químicamente ácida, básica o neutra. La medición se establece en una escala de 0 a 14. 0 corresponde al mayor grado de acidez, 7 corresponde a la neutralidad y 14 corresponde al mayor grado de alcalinidad. Los valores entre 2 unidades en la escala de medición no son iguales. Se multiplican por diez para cada unidad.

Se pueden sentir varios síntomas cuando estamos acidificados: fatiga crónica, rinitis, sinusitis, infecciones del oído, bronquitis, escalofríos, nerviosismo, irritabilidad, hiperemotividad, tendencia depresiva, gingivitis, caries, dientes flojos, encías sangrantes, regurgitación, colitis, espasmos y dolor. abdominal, migraña digestiva, tendinitis, neuritis, ciática, dolor en las articulaciones, osteoporosis, infecciones del tracto urinario, etc. Es cierto que todos estos síntomas pueden tener otras causas además de la acidificación, pero pueden ser parte del problema.

Un cambio en el estilo de vida y la dieta es una necesidad para encontrar el equilibrio.

Cambie su dieta, obtenga buen oxígeno, haga ejercicio, beba agua pura para deshacerse de ella, etc. Todos son factores esenciales para la salud y el equilibrio ácido-base.