Probablemente todos somos conscientes de que la salud de nuestro bebé se ve afectada por lo que come una madre durante el embarazo, pero las investigaciones más innovadoras muestran que la dieta de una madre incluso antes de la concepción puede tener consecuencias de salud para su bebé y, además, puede afectar su salud. La salud del bebé más adelante en la vida.
Esta investigación, publicada en junio de 2015, fue realizada por científicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y estudia la ciencia de la epigenética. La epigenética es la forma en que los factores ambientales, nutricionales y de estilo de vida pueden alterar cuáles de nuestros genes se activan y desactivan. Esto es algo emocionante porque nos muestra que si nos mantenemos sanos o si nos enfermamos es algo más que una cuestión de nuestros genes: tenemos el poder de controlarlos haciendo cambios en nuestra dieta y estilo de vida.
Este estudio en particular observó a 120 mujeres gambianas que habían concebido en la estación lluviosa o seca, cuando su estado de nutrientes era notablemente diferente. Por ejemplo, en la estación seca, las madres tenían un bajo contenido de vitamina B2 y un bajo contenido de metionina (un aminoácido) que afecta a un proceso llamado metilación. El análisis posterior del ADN de los bebés cuando tenían entre 2 y 8 meses, mostró que ciertos genes, como el gen VTRNA2-1, que actúa como un gen supresor de tumores en varios tipos de cáncer y tienen efectos de gran alcance en el sistema inmunológico. El sistema fue alterado (metilado de forma insuficiente) en aquellas madres que tenían pocos nutrientes.
Investigaciones adicionales también muestran que este cambio genético permanece durante 10 años en los niños y probablemente en la vida adulta. Los científicos sugieren que esto podría explicar por qué los gambianos que fueron concebidos durante la estación seca mueren con más frecuencia de enfermedades infecciosas como adultos que los concebidos en la temporada de lluvias.