Un alto consumo de frutas y verduras se asocia con un menor riesgo de cáncer. En este contexto, se presta mucha atención a las poblaciones asiáticas que consumen grandes cantidades de soja y isoflavonas derivadas de la soja, y tienen un riesgo menor de varios tipos de cáncer, como los cánceres de mama y próstata, que las poblaciones de los países occidentales.

Por lo tanto, el interés se centra en los alimentos de soja, los productos de soja y los ingredientes de soja como las isoflavonas con respecto a sus posibles efectos beneficiosos que se observaron en numerosos experimentos y estudios.

Los resultados de los estudios no siempre son concluyentes, a menudo son contradictorios según las condiciones experimentales y, por lo tanto, son difíciles de interpretar. La investigación con isoflavonas reveló no solo efectos beneficiosos sino también efectos adversos, por ejemplo, en el sistema reproductor. Este es también el caso de los efectos de promoción de tumores en, por ejemplo, el tejido mamario. Los extractos y suplementos de isoflavona se usan a menudo para el tratamiento de los síntomas de la menopausia y para la prevención de afecciones asociadas con la edad, como las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas.

Con relación a esto, las preguntas sobre la efectividad y seguridad de las isoflavonas deben ser aclaradas. Además, existe preocupación por el consumo materno de isoflavonas debido al desarrollo de leucemia en bebés. En contraste, los hombres pueden beneficiarse de la ingesta de isoflavonas con respecto a la reducción del riesgo de cáncer de próstata. Por lo tanto, esta revisión examina los riesgos pero también los beneficios de las isoflavonas con respecto a varios tipos de cáncer, que pueden derivarse de estudios en animales y humanos, así como de experimentos in vitro.