Al-Waili, N. S., Salom, K., Butler, G., & Al Ghamdi, A. A. (2011). Honey and microbial infections: a review supporting the use of honey for microbial control. Journal of medicinal food, 14(10), 1079-1096.
La miel se ha utilizado como medicamento a lo largo de los siglos y recientemente se ha reintroducido en la práctica médica moderna. Gran parte de la investigación hasta la fecha ha abordado las propiedades antibacterianas de la miel y sus efectos sobre la cicatrización de heridas.
Estudios de laboratorio y ensayos clínicos han demostrado que la miel es un agente antibacteriano de amplio espectro efectivo. La acción antimicrobiana de la miel explica los usos externos e internos de la miel.
La miel se ha utilizado para tratar infecciones postoperatorias de adultos y neonatos, quemaduras, fascitis necrosante, heridas y úlceras infectadas y no curativas, forúnculos, seno pilonidal, úlceras venosas y úlceras del pie diabético. Estos efectos se atribuyen a la acción antibacteriana de la miel, que se debe a la acidez, el contenido de peróxido de hidrógeno, el efecto osmótico, el contenido nutricional y antioxidante, la estimulación de la inmunidad y los compuestos no identificados.
Cuando se ingiere, la miel también promueve la curación y muestra acción antibacteriana al disminuir los niveles de prostaglandina, elevar los niveles de óxido nítrico y ejercer efectos prebióticos. Estos factores juegan un papel importante en el control de la inflamación y promueven el control microbiano y los procesos de curación.
Este artículo revisa los datos que respaldan la efectividad de la miel natural en la erradicación de patógenos humanos y discute el mecanismo de las acciones.